Nosce te Ipsum
Friday, April 21, 2006
 
Mini cuento
por Alexander Kubak

Era un desierto de abundante fealdad, a los lados del camino había arbustos, algunos chamuscados, otros secos. También el suelo, carcomido por el sol, parecía arrugarse por un insoportable dolor. A lo lejos no se veía nada más, el cielo, parecía estar sumergido en un eterno atardecer nostálgico y ensangrentado. Más al fondo, nubes negras y destellos de fuego. Francisco ya no recordaba desde cuando caminaba por aquellos parajes, pero tenia la sensación de que no había hecho otra cosa en su vida.
De pronto vio a lo lejos un rio amarillo y rojo que humeaba. El olor que esté producía era insoportable así que tuvo que taparse la naríz con su sucia y rota camisa.
Pero conforme se fue acercando vio la silueta de algo que se movía. Al principio pensó que era un animal, pues estaba encorvado y peludo, pero de pronto se dio cuenta que en realidad era una especie de hombre. Traía un traje sastre raido y enlodado y una corbata. Parecía estar escarbando con una rama cerca de la rivera, como buscando algo. Francisco, al principio temeroso, decidió acercarse, y como hacía tiempo que no veía a nadie, incluso un ser encorvado y deforme era mejor que el silencio y la soledad. Caminó despacio y con cautela y desde cierta distancia dijo:

-Hola, le deseo un buen día.
El ser lo volteó a ver y le dijo con una voz chirreante y molesta:
-¿Qué tiene de bueno y porqué me molestas?... ¿qué no ves que estoy ocupado?- el hombrecillo seguía escarbando.
-Disculpe –le dijo un poco desconcertado- no era mi intención molestarlo.
-Entonces no lo hagas, -lo volteó a ver y continuó escarbando.
-Pero que es lo que busca, tal vez si me dice le pueda ayudar…
-No lo recuerdo…
Y entonces…¿porqué lo busca?
¿Porqué me molestas?, no tienes algo mejor que hacer ¿que acaso no sabes que el tiempo es oro?
-Es que no he visto a nadie desde hace tiempo y pense que podiamos…-se apresuró a decir- pense que podía ayudarle, ¿y desde cuando esta buscando eso?
-Tampoco lo recuerdo, pero no importa.
-¿No?
-No, lo importante es tenerlo, ya te dije… y no me molestes más que no puedo concentrarme en lo que estoy haciendo.

De pronto el hombrecillo comenzó a escarbar con mayor intensidad, con el palo y con las manos sucias y ensangrentadas de tanto buscar. En la tierra empezó a notarse un objeto metálico que lanzaba destellos dorados. El ser empezó a respirar agitadamente, como excitado por algo.

-Si, la tengo –tomo en sus manos lo que parecía una vieja moneda de oro, la limpio de la tierra y la inspeccionó cuidadosamente y la mordió- ya, ya la tengo.

Cuando el hombrecillo guardó la moneda en una bolsa que traía amarrada y que parecía estar agujerada, comenzó a salir lodo de la bolsa. Repentinamente se borro la sonrisa de su rostro, otra vez se le veía angustiado por algo y continuó escarbando con la misma obstinación de antes.

-¿Y ahora que busca?
-Cómo que que busco, ya te lo dije.
-Pero si acaba de encontrarlo.
-De que hablas…yo no tengo nada, vamos aléjate, -hizo una seña con su rama como auyentándolo- largo de mi propiedad, todo esto es mio.

-Lo entiendes… ¡mío!

El hombrecillo comenzó a agarrar la tierra como queriendo retenerla, y empezó a comerla. Entonces empezó a gritar irritado escupiendo la tierra:

- Vete, largo de aquí.-El hombrecillo comenzó a agitar su palo, como queriendo intimidar al forajido.
-Vamos, porque me molestas, ¿quién eres tu?,¿eh?
-Yo…
-¿quién te mando? Tú quieres encontrarlo primero ¿verdad?
No, yo…
-No permitiré que lo hagas…aunque tenga que matarte.
-No, espere, nadie me mandó.
No, no te creo, pero no lo tendrás, no te lo permitiré, es mío, mío y de nadie más. ¿Lo entiendes?
-Si está bien, yo no quiero nada, sólo pensé que podíamos hablar, llevo muchos días caminando y usted es la primera persona que encuentro.
-No vez que estoy muy ocupado, vamos vete ya –el ser le dio la espalda y continuó buscando… otra vez encontró una moneda.

De pronto, el cielo se ensombreció y comenzó a llover. Francisco decidió continuar su camino.
 
Monday, April 03, 2006
 
LA SILLA

El término correcto es electrocutación. Bueno, si alguna vez has sentido choque eléctrico, ahora multiplica esa sensación por 10, siente cómo tus músculos se contraen infinitamente, y como algo asi como una serpiente venenosa, penetra en tu cuerpo, quema tus organos, musculos y piel, además claro, el típico aroma a pollo quemado, el humito, pero bueno, para ese entonces ya no sentiras nada, puesto que tu cerebro ya estará bien frito. Pero no importa, porque tus ejecutores, los familiares de la víctima, y tus parientes, podrán disfrutar del espectáculo completo. Y finalmente, el pueblo, la nación, o el estado de tu afiliación habrán saldado la cuenta. Bueno, así era en los viejos tiempos. Ahora con la inyección letal te anestesian y paralizan, y pues el espectáculo cobra un aire más humanitario, más etéreo, como quien dice, más bonito, pero para el caso es lo mismo, te revientan las bolas y ya no podrás usarlas nunca más.
 

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